En mi estudio en Almería. Principios de los 80. Fotos de Carlos Pérez Siquier
Esta etapa es muy especial para mí ya que mis planteamientos y valores no solo artísticos sino humanistas y sociales se desarrollan en su máxima plenitud.
En estos años inicio mi consolidación profesional en Italia y Alemania y posteriormente en Japón, país en el que me instalé durante más de una década combinando siempre mis proyectos allí con los realizados en España.
Es un esplendor de emoción y razón. La calle es tomada por la gente y el sentido colaborativo se empieza a generar. Era pura necesidad de apasionar y apasionarse. Sin embargo la sombra del negro,
del claroscuro siempre estaba ahí, desafiante pero oculta. Era necesario descartarla, pero las fuerzas sociales estaban "a otra cosa". No había suficiente enraizamiento cultural para poder
detectar el abismo al que luego llegaríamos.
El engendro juvenil parecía que haría futuro pero parece ser que no fue así.
En Japón, país en el que viví druante una década